sábado, 1 de mayo de 2010

Se acabaron las presentaciones

Me lo advirtieron. Puedes dejar la profesión (ya no vas a la redacción del periódico, ni estás pendiente de la actualidad, ni te llaman para contarte chismes, ni escribes a diario, ni bebes a diario...) pero la profesión no te deja a ti. La puse entre paréntesis, como otras muchas frases lapidarias, pero estoy descubriendo que esta es cierta.

Demasiado tiempo abusando de la droga: retorciendo titulares para que lo que has escrito se parezca algo a lo que te han pedido de arriba; escuchando a comentaristas virtuosísimos que tú sabes cómo las gastan; creyendo lo que te cuentan, descubriendo que es falso y haciendo al día siguiente el duro ejercicio de intentar creer lo que te cuentan; intentando no pensar que lo que escribes se "queda entre nosotros"; comprobando que el interés informativo de las historias se mide en euros; que las portadas se confeccionan en las alcobas; que no puedes contar lo que ves... Y, por supuesto, abusando de una forma particular de mirar y de entender. Una droga muy pura. Imposible desintoxicarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario