viernes, 2 de diciembre de 2011

Probando Diaspora

  • 1 de diciembre de 2011. Recibo el mail de invitación que llevo esperando desde hace ¡más de un año y medio!: You've been invited to join Diaspora!
¿Qué es eso?
En resumen, Diaspora es una red social en la que tus datos son tuyos y sólo los compartes con quien quieres. Otros modelos, como Google+ o Facebook, tienen un altísimo coste oculto en privacidad, por lo menos para mí. Por ejemplo, no me gusta tener una conversación sobre rallies y que me aparezca automáticamente al lado una publi de neumáticos. Tampoco me gustan los problemas de seguridad de Facebook que no conocemos...
¿Cómo sé que no comparten mis datos?
Porque la red está descentralizada, o porque puedes instalar Diaspora en un servidor web personal. Sin ponerse muy técnico puedo decir: búscame en Diaspora y cuéntame lo que ves de mí.
¿Cómo ganan dinero?
Cierto, nadie hace nada gratis, pero al igual que otros proyectos Open Source, no lo hacen mercadeando con tu información personal, sino con cosas técnicas.
Suficientes argumentos para hacer la prueba.


  • 2 de diciembre de 2011. Hay muertes repentinas: ¡me registro!
De entrada, se parece mucho a Facebook, aunque un poco más limpio. Tardo un minuto en configurar mi perfil y las opciones de privacidad. Pincho en un usuario al azar y no veo gran cosa, más allá de sus comentarios. Me da que es un mezcla del muro de Facebook y el lenguaje de Twitter. Además, puedo conectar Diaspora con ambas redes para publicar mi estado o los comentarios. Sé que la mayoría de la gente seguirá mucho tiempo más en Facebook, compartiendo su vida en la nube, así que imagino que esa conexión me permitirá seguir en contacto con ellos, como quien mira una manifestación desde el balcón de su casa. Pinta bien. Objetivo número 1: ir vaciando Facebook...

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